jueves, 28 de febrero de 2013

2 TEMA DIBUJO DE PARTES DE LA NATURALEZA


“Si sabes dibujar una hoja, sabes dibujar el mundo”

John Ruskin (1819-1900)
En las ciencias naturales el dibujo siempre ha tenido una importancia tremenda. En el caso de la botánica, las típicas láminas de plantas con sus hojas bellamente expuestas y los detalles de las flores y de los frutos no sólo son una imagen que a muchos nos parecen especialmente bonitas, sino que a menudo son útiles o casi imprescindibles para la identificación de las especies. Tal es su importancia que no se concibe la descripción de una especie de vegetal sin uno o varios dibujos que muestren claramente los caracteres diagnósticos. Si bien conforme avanza el tiempo cada vez es más frecuente que las fotografías sustituyan a los dibujos a pluma, sigue siendo muy común encontrarse con magníficas ilustraciones que son herederas de un formato pictórico desarrollado a lo largo de varios siglos, con sus “reglas” propias, sus maestros y sus obras maestras.
Hoy os propongo hacer un brevísimo y muy arbitrario recorrido por algunos de los artistas botánicos más famosos de la historia y por otros que a mí me gustan especialmente.
Como adelanto en el título, el dibujo botánico es una mezcla de ciencia y arte, y diría que más de lo primero que de lo segundo. Así lo pienso porque son necesarias sólo unas mínimas dotes artísticas para conseguir un esbozo o un esquema botánicamente útil (especialmente si se cuenta con una cámara clara), aunque sea un churro. Sin embargo, por muy buen dibujante que sea uno, sin los conocimientos botánicos necesarios (o la supervisión del especialista de turno), el dibujo puede ser completamente inútil al no mostrar los caracteres diagnósticos para poder identificar la planta, que viene a ser la finalidad de la obra. Por supuesto, del virtuosismo del dibujante dependerá que tengamos un simple utensilio científico o una verdadera maravilla: hay dibujos que tienen tantísima vida que evocan a la perfección la planta original. A lo largo de la historia nos encontramos con muchísimos botánicos célebres que, como veremos en breve, tuvieron la capacidad de ilustrar ellos mismos sus floras, aunque no era nada raro que se recurriese a las capacidades de un dibujante con el que trabajar, pero cuando éste era el caso, se trataba de gente especialmente entrenada para el dibujo botánico, y así ocurre aún en la actualidad: los buenos dibujantes modernos en departamentos de universidades o jardines botánicos son personas muy especializadas en este tipo de dibujo, sean o no biólogos.
Podríais decirme que también debería incluir el dibujo de animales aquí, y es cierto que en gran medida comparten tanto finalidad como desafíos, pero para mí las láminas botánicas tienen un encanto especial. En primer lugar por la combinación natural-artificial de muchas láminas: la planta no se dibuja como si estuviese viva, sino que sus partes a menudo se disponen de forma especial para que los caracteres sean visibles, y a veces hay diseccionados ciertos órganos aparte, ¡es casi como un pliego de herbario! (de hecho muchas láminas se dibujan directamente a partir de ellos). Además, el dibujo de plantas es más tedioso que el de animales. Por su naturaleza fractal, al dibujar una planta hay que repetir muchas veces una misma parte, mientras que en el caso de los animales esto no es así, por eso conseguir dar “vida” al dibujo de una planta es un desafío, a mi juicio, mayor. El tercer motivo de mi preferencia es por el regustillo histórico que tiene a sabiduría práctica, ya que durante siglos el conocimiento de las plantas era inseparable del conocimiento médico, y aquí es donde empieza nuestra historia…
 
La mandrágora (Mandragora automnalis) fue durante gran parte de la historia occidental uno de los pocos analgésicos potentes eficaces en los que se podía confiar. Izquierda, según un copista del “Dioscórides”, derecha, según Ferdinand Bauer en Flora Graeca. Doce siglos separan en el tiempo ambas formas de entender la botánica.
En efecto, desde el principio de la humanidad, el conocimiento botánico ha estado unido a la farmacopea: durante la mayor parte de la historia las plantas era la única fuente de medicinas y su conocimiento y control era una valiosísima información. Si queremos remontarnos a un punto de partida para la ilustración botánica no nos sorprenderá que acudamos a un tratado farmacológico, y concretamente al “kilómetro cero” de toda el conocimiento farmacéutico: De Materia Medica.
De Materia Medica (Περί ὕλης ἰατρικής) es el título del tratado del médico y botánico griegoDioscórides, que vivió en Cilicia (actual sur de Turquía) en el siglo I d.C. Constaba de cinco volúmenes donde se describían hasta 600 especies de plantas medicinales, cómo reconocerlas, dónde y cuándo encontrarlas. No se conserva ninguna copia original de este tratado, como es lógico, pero se sabe que contenía ilustraciones de las distintas especies.
El tratado sienta las bases de la farmacopea europea y mediterránea y fue copiado generación tras generación y traducido al latín o al árabe. Por eso es difícil saber cómo eran las ilustraciones originales, ya que de los ejemplares que se conservan hoy se deduce que en las sucesivas copias y traducciones la calidad de los dibujos a menudo fue perdiéndose o deformándose, dependiendo de las habilidades del copista, si bien se aprecia que en muchos casos volvieron a hacerse dibujos a partir de muestras naturales. El ejemplar más antiguo que se conserva data del siglo VI y se conoce como Codex Vindobonensis 93, o simplemente “el Dioscórides de Viena”. Está en griego con anotaciones en árabe, y se cree que muchas de las ilustraciones son bastante fieles a los textos antiguos. Si bien muchas son abstractas o con demasiados elementos “mágicos”, en otras se puede apreciar el ojo botánico del dibujante y la planta en cuestión es perfectamente identificable, si bien es evidente que estamos en una era pre-científica.
Cannabis sativa en el Codex Vindobonensis 93. Las capacidades del artista son innegables, pero hay algunos errores manifiestos (esta especie muestra una filotaxis alterna y en este dibujo es opuesta).
Muchos de las limitaciones de estos dibujos se debían a las limitaciones técnicas del arte de la época. Los artistas del renacimiento revolucionaron las técnicas pictóricas y eso también tendrá consecuencias en la ilustración de las plantas. Es aquí cuando encontraremos pintores que son capaces de dibujar las plantas con notable maestría, como Leonardo o Durero. Un pintor que a lo mejor no es tan bueno pero que tenía mucho ojo naturalista es el Bosco; en El jardín de las delicias, por ejemplo, aparecen muchas especies de aves fácilmente reconocibles, así como alguna de plantas.
 
Izquierda: unos humildes yerbajos vistos por Durero. Derecha: detalle del jardín de las delicias. No es difícil identificar el árbol con un estupendo drago canario (Dracaena draco)
La siguiente gran revolución para la ilustración botánica es, obviamente, la imprenta. Al no tener que copiar manualmente los textos de los tratados farmacéuticos se plantea la posibilidad de que tampoco las ilustraciones tengan que repetirse manualmente, sino que de un único dibujo correctamente ejecutado puedan imprimirse tantas copias como sea necesario mediante técnicas de grabado.
Una vez tenemos la imprenta y las técnicas modernas de dibujo, se abre el camino de las láminas botánicas que tanto nos impresionan. La verdadera eclosión del dibujo vegetal tuvo lugar en Eichstätt (Bavaria), donde en el siglo XVII vivió un obispo y entusiasta botánico al cuidado de uno de los jardines más ricos que había en el mundo en ese momento. Este señor encargó a Basilius Besler la tarea de catalogar toda esa riqueza vegetal, y así nació Hortus Eystettensis, la colosal obra que reúne más de 1000 especies de plantas medicinales o comestibles que habitaron alguna vez en dicho jardín, ordenados según las estaciones del año en las que florecían. Aunque Besler fue el encargado de la supervisión del proyecto, hubo muchos artistas implicados que hacían bocetos de las plantas vivas (detalle muy importante) para después convertirlos en dibujos que se grababan en planchas de cobre para imprimir en blanco y negro (y colorearse después). La mayoría de los artistas implicados nos son desconocidos, sólo trascendió el de un tal Sebastian Schedel, todo un virtuoso.
 
Unos ejemplos de las ilustraciones del Hortus Eystettensis. Aviso para bibliófilos: Taschentiene una edición de las láminas por 20 eurillos.
Las láminas del Hortus Eystettensis fueron la fundación de esta disciplina científico-artística. La mayoría de las plantas se muestran con el detalle suficiente para ser identificadas y el enfoque es muy moderno, aunque aún había un largo camino por recorrer. Sin duda lo que piden a gritos a estas láminas es un conocimiento más riguroso de anatomía y morfología vegetal, vamos, que hacía falta un Linneo como el comer.
Con la botánica linneana y el conocimiento cada vez mayor de la flora del resto de los continentes, la necesidad de contar con dibujos precisos y útiles de plantas adquirió su magnitud definitiva. Comienza la edad de oro de la botánica y de sus ilustradores con cientos de plantas exóticas descubriéndose a cada momento: era necesario describirlas, clasificarlas, caracterizarlas y descubrir sus posibles propiedades medicinales. Los exploradores recorriendo todos los rincones del mundo enviaban especímenes a jardines botánicos y universidades donde una verdadera explosión de retratistas vegetales se encargó de inmortalizar este fértil periodo de la ciencia.
Al propio Linneo no se le daba especialmente bien el dibujo, pero tuvo la suerte de poder contar con artistas excelentes, como Georg Dyonysius Ehret, botánico y entomólogo alemán con un talento fuera de serie para el dibujo. Ehret no sólo colaboró con Linneo para imágenes tan clásicas como el sistema de clasificación sexual de las flores, sino que ilustró miles de láminas de floras de todo el mundo.
 
 
Unas muestras del arte de Ehret (Plantae selectae), podéis disfrutarlas aquí
Las ilustraciones de Ehret muestran todo tipo de caracteres diagnósticos necesarios, detalles de las partes de la anatomía y a la vez siguen siendo muy realistas porque es capaz de que su dibujo desprenda la vida que sólo un artista es capaz de darle.
En el mundo hispanohablante también hubo muy buenos dibujantes de plantas. Tomemos por ejemplo a Antonio José de Cavanilles, botánico valenciano. Posiblemente no fuese tan buen dibujante como otros, pero eso de poder ser uno mismo el que ilustra sus propias obras da mucho caché.

Una Biscutella ilustrada por Cavanilles. Sus láminas normalmente se quedaban en blanco y negro. Illustrationes et descriptiones plantarum
Pero si tuviésemos que destacar una labor de ilustración hispana de entre todas sin duda tendríamos que hacer mención a José Celestino Mutis. Este verdadero fenómeno, todo un ilustrado, nació en Cádiz y vivió gran parte de su vida en América donde desarrolló su trabajo no sólo como botánico sino también como matemático o lingüista. Muchos lo recordaréis porque su imagen aparecía en los últimos billetes de 2000 pesetas. Pues bien, Mutis encabezó la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, una colosal empresa promocionada por Carlos III con distintos objetivos científicos entre los que era de vital importancia la descripción de la vastísima y muy desconocida flora del virreinato de Nueva Granada, que se corresponde con las actuales Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador. La importancia de esta iniciativa para el conocimiento botánico de América central y del sur es inmensa. Duró 33 años y se describieron más de 20.000 plantas, que se dice pronto.
Lógicamente una empresa como esta necesitaba contar con ilustradores, y aunque el propio Mutis no se encargó de ilustrar toda esta flora, formó a una treintena de verdaderos artistas de la botánica que supieron conjugar arte y ciencia en auténticas maravillas de la ilustración botánica: 6.600 láminas de plantas, de las cuales más de 3.000 son en color suponen la guinda del pastel a la obra de la vida de Mutis.  Ninguna otra expedición botánica de la historia contó nunca con un taller tan activo y poblado dedicado en exclusiva a labores de ilustración. Para que os hagáis una idea de la magnitud de esta flora, Colombia sigue aún publicándola.
 
 
Algunos ejemplos de las ilustraciones de la Flora del Nuevo Reino de Granada. Como son obra de muy diversos artistas, no hay un estilo homogéneo, pero detrás de todas ellas reside la intención de formar parte de una obra muy ambiciosa en la que no se escatimó en minuciosidad (enlace recomendado)
La lámina más famosa de esta flora es la de una planta trepadora de la familia de las compuestas a la que Linneo hijo puso el nombre de Mutisia como tributo a una vida dedicada a la botánica.
La famosa lámina de la Mutisia que debió ser el orgullo del propio Mutis. Los tallos de esta trepadora escriben las iniciales del genial botánico gaditano: J C M
Continuando con la ingente labor que supuso (y supone) ilustrar las maravillas de la flora americana, especialmente en el trópico, no se nos puede olvidar mencionar los dibujos deNikolaus Joseph von Jacquin, médico y botánico holandés que desarrolló gran parte de su actividad en Viena. Contemporáneo de Mutis, visitó en varias expediciones el área del Caribe e inmortalizó muchas de sus plantas en unas láminas impresionantes.
 
Zamia angustifolia Haemanthus sanguineus ilustradas por Jacquin
Como podéis ver, la maestría de estos verdaderos artistas no deja de lado la utilidad técnica de los dibujos, con los que cada vez resulta más y más fácil identificar una especie de planta por la calidad de los detalles.
Por si acaso dudábamos que las aptitudes para el dibujo pueden ser al menos en parte hereditarias, dos de los mejores ilustradores botánicos eran hermanos. No es que fuesen buenos, es que para muchos aficionados al tema han sido simplemente insuperables.
Aunque nacidos en Austria, ambos hermanos acabaron desarrollando su faceta artística en Inglaterra. Franz Bauer, por ejemplo, acabó trabajando en el jardín botánico de Kew donde ilustró obras impresionantes sobre orquídeas y helechos y dio lecciones de dibujo científico a miembors de la realeza británica.
Detalles del helecho Woorwardia radicans, por Franz Bauer
Para mí, sin embargo, su hermano era aún mejor: Ferdinand Bauer tiene además una biografía llena de peripecias viajeras. Formó parte de la expedición de  John Sibthorp al oriente del Mediterráneo, cuyo propósito era precisamente explorar científicamente el área donde crecían las verdaderas plantas del Dioscórides, que bajo el Imperio Otomano seguía manteniendo muchísimas lagunas botánicas. La obra que resultó de esta expedición, la celebérrima Flora Graeca, tiene tantas anécdotas que la dejaremos para un próximo post, de momento avancemos que sus 1500 ilustraciones fueron obra de Ferdinand Bauer y para mucha gente rozan la perfección de la disciplina que nos ocupa. Años más tarde viajaría en otra expedición a Australia donde continuaría su labor.
 
 
Ilustraciones de Ferdinand Bauer para Flora Graeca: Arbutus unedo, Arum dracunculus, Centaurea acicularis y Cistus cretica
Lo mismo alguno echa de menos que no haya hablado aún de Ernst Haeckel, el biólogo alemán del siglo XIX por el que siento especial predilección, incluyendo sus famosos dibujos, de los que procede la imagen corporativa de esta santa casa. Lo mencionaré porque me gusta especialmente, pero como ya he dicho otras veces, Haeckel era en muchos aspectos un señor con mucha imaginación entusiasmado por las formas de los organismos y sus simetrías. Sus dibujos son ciertamente muy bonitos pero están demasiado idealizadas y pierden realismo. Aunque sentía inclinación por los animales y los organismos unicelulares o microscópicos, también ilustró plantas:
 
 
Láminas dedicadas a las plantas en “Kunstformen der Natur” de Ernst Haeckel. Trampas de plantas insectívoras de la familia Nepenthaceae, flores de orquídeas, e ilustraciones de hepáticas y musgos
Después de este recorrido por las floras de lugares más o menos exóticos o de jardines botánicos de fuera de nuestras fronteras me gustaría plantear la pregunta de dónde podemos encontrar buenas ilustraciones históricas de la flora ibérica. Ya hemos mencionado a Cavanilles, pero si tuviese que destacar al que considero el mejor retratista de nuestras plantas creo que el que se merece una mención especial es el alemán Heinrich Moritz Willkomm, otro personaje frecuentemente citado de el bloj, que ostenta aún el mérito de ser el único autor que ha conseguido completar una flora de la península ibérica (el proyecto actual aún está por terminarse). Willkomm no sólo fue el autor de la “Flora Hispanica“, sino que también ilustró con muchísimo talento algunas de nuestras plantas más idiosincrásicas. Juzgad vosotros mismos.

 

 
Algunas de las maravillosas ilustraciones de Willkomm (Illustrationes florae Hispaniae insularumque Balearium)
Por supuesto podríamos seguir hablando de otros muchos ilustradores. De hecho a lo largo del siglo XX y lo que llevamos de XXI, la producción de floras de todo el mundo sigue incrementándose y en la mayoría de los casos se cuenta con el trabajo de ilustradores muy competentes, pero la belleza y el cuidado de los dibujos de los siglos XVII a XIX ha dejado marca para siempre. No quiero decir que los dibujantes modernos no sean buenos, al contrario, muchos museos, universidades y jardines botánicos cuentan incluso con una escuela o departamento dedicados a una labor tan especializada, y valorada entre los botánicos y zoólogos.
 
Viola willkommii, una violeta dedicada a Willkomm por De Roemer, ilustrada por el propio Willkomm y por un dibujante actual para Flora Iberica
Y acabamos con otra cita, esta vez de Stephen Jay Gould:

A los estudiantes se les entrena para analizar palabras, pero los primates son animales visuales, y las claves para los conceptos y su historia a menudo recaen en la iconografía. Las ilustraciones científicas no son adornos o esquemas; son el foco de los modos de pensamiento

miércoles, 27 de febrero de 2013

1 TEMA :CARICATURA AVANZADA



CARICATURA AVANZADA



Una caricatura (del italiano caricare: cargar, exagerar) es un retrato que exagera o distorsiona la apariencia física de una persona o varias, en ocasiones un retrato de la sociedad reconocible, para crear un parecido fácilmente identificable y, generalmente, humorístico. También puede tratarse de alegorías. Su técnica usual se basa en recoger los rasgos más marcados de una persona (labios, cejas, etc.) y exagerarlos o simplificarlos para causar comicidad o para representar un defecto moral a través de la deformación de los rasgos.
La caricatura también se usa abundantemente en la historieta, pero sin limitarse a un género concreto, pudiendo aparecer en hagiografías como elBuda de Osamu Tezuka o en relatos costumbristas como los de Daniel Clowes.
  

Índice

 
 [ocultar



Características

La caricatura como género artístico suele ser un retrato, u otra representación humorística que exagera los rasgos físicos o faciales, la vestimenta, o bien aspectos comportamentales o los modales característicos de un individuo, con el fin de producir un efecto grotesco. La caricatura puede ser también el medio de ridiculizar situaciones e instituciones políticas, sociales o religiosas, y los actos de grupos o clases sociales. En este caso, suele tener una intención satírica más que humorística, con el fin de alentar el cambio político o social. La forma más común de las caricaturas políticas y sociales es la viñeta. Si bien el término caricatura es extensible a las exageraciones por medio de la descripción verbal, su uso queda generalmente restringido a las representaciones gráficas.
Existen caricaturistas de muy distintas índoles, temas y estilos, ya que la caricatura, con muy pocas palabras (en algunos casos, sin palabra alguna) permite también hacer comentarios políticos en clave de humor verdaderos chistes visuales, y por ello casi todos los diarios del mundo suelen incluir una o más caricaturas en su sección de opinión, también suelen observarse caricaturas exentas en otros mass media, por ejemplo en ciertas revista de cómics, generalmente de índole satírica.

Historia

Caricatura de Gustave Eiffel.

La caricatura, en su sentido moderno, nació en Bolonia a finales del siglo XVI, en la escuela de arte fundada por una familia de pintores, los Carracci. Los estudiantes de esta academia se divertían haciendo retratos de los visitantes bajo la apariencia de animales u objetos inanimados, esto llegó a ser compartido por Gianlorenzo Bernini. El grabador Pier Leone Ghezzi, que trabajaba en Roma, continuó esa tradición y, por un módico precio, caricaturizaba a los turistas. Lo que estos artistas italianos hacían eran retratos humorísticos para uso privado y casi nunca resultaban satíricos o maliciosos, en este sentido Giandomenico Tiepolo también incursionó en el género de la caricatura.
En España ciertos trabajos de Goya tienen visos de fuerte caricatura. A pesar de que sus principales iniciadores de la caricatura española no se mostrarian hasta hace más de un siglo. Sus decanos fueron Tomás Padró PedretFrancisco Ortego Vereda (1833-81) y José Luis Pellicer, el segundo fue un excelente cronista humorístico de los tipos de su época y autor de sátiras políticas en el periódico El Fisgón. Sigue la pléyade de humoristas de las publicaciones del último momento del reinado de Isabel II y de las etapas sucesivas (La GordaLa FlacaGil Blas), en los que la intención política, evidente, priva sobre la entidad artística del dibujo. Ya a comienzos de nuestro siglo, el gran caricaturista madrileño es Ramón Cilla (1859-1937), de indudable estilo. Después, se abre en la prensa española, diaria o semanal, toda una rica etapa de caricaturistas. Ya que es en la primera mitad delsiglo XX en la que se consolida una especie de escuela española de caricatura teniendo entre sus exponentes a Luis Bagaría, éste trabajó junto aOpisso y Junceda en la célebre revista Cu-cut!.
En tanto género la caricatura política nace en Inglaterra; la sátira impresa evidenció las luchas entre el Papado y Lutero, e incluso Luis XIV fue víctima de tempranas caricaturas. Sin embargo, el género de caricatura política sólo se estableció hasta 1770, cuando en Inglaterra se tomó como un arma de defensa contra quienes manejaban asuntos de Estado. El pintor William Hogarth entre los siglos XVII y XVIII realizó ilustraciones burlonas de crítica social, decididamente dedicados a la caricatura estuvieron George Cruikshank (siglo XVIII/XIX), James Gillray ( siglos XVIII-XIX) y su coetáneo Thomas RowlandsonMax Beerbohm (siglo XIX), Henry Mayo Bateman y el célebre John Tenniel quien, a más de hacerse mundialmente conocido por las ilustraciones dedicadas a Alicia en el País de las Maravillas fue uno de los más destacados caricaturistas de la revista "Punch".
Posiblemente el caricaturista político estadounidense más notable del siglo XIX fue Thomas Nast, creador de los símbolos de los partidos Republicano y Demócrata, el elefante y el asno, respectivamente. En ese siglo también destacaron Joseph Keppler, fundador (en 1826) y editor del semanario humorístico "Puck", y su socio Bernhard Gillam, quienes atacaron la corrupción de los dirigentes políticos, así como a los muchos empresarios adinerados de la época, a estos se sumó el también estadounidense Garry Trudeau, en el siglo XX se destacaron David LevineSam Viviano y Al Hirschfeld.
Sin dudas el máximo exponente de la caricatura ha sido el francés decimonónico Honoré Daumier quien trabajó junto a Achille DevériaRaffet y Gerardeste último más conocido por su seudónimo Grandville en las revistas Le Silhoutte y Le Charivari; la maestría genial de Daumier es alcanzada también por Gustave Doré, siendo dignos de mencionar Gavarni (Guillaume Sulpice Chevalier), André Gill y sus trabajos en la revista Le Père Duchêne ilustré". Tanto en Toulouse-Lautrec como en Juan Gris, que actuaron en las revistas Le Rire y L´Assiette au Beurre, respectivamente, encontramos también elementos de caricatura, mientras el crítico y escritor Jules Husson Champfleuryescribía la primera Historia de la caricatura.
En la Italia de la primera mitad de siglo XX el pintor Ottone Rosai recurrió a formas caricaturescas, y cabe destacar los nombres de Umberto TirelliGalantara y Scalarini, así como la sátira deMario Sironi ya entrado el siglo.
En la Austria de fines de la Belle Époque, sobresalieron los ilustradores de la revista satírica Simplicissimus.
Durante la República de Weimar en Alemania, los integrantes de la Nueva Objetividad (por ejemplo Grosz) realizaron obras pictóricas e ilustraciones de fuerte estilo caricaturesco, algo semejante realizó el pintor Expresionista Belga James Ensor y también en muchas de sus xilografías el grabador Frans Masereel. En la Alemania actual sobresale el hiperrealista Sebastián Kruger.
En México desde el siglo XIX descollaron valiosos caricaturistas: José Guadalupe PosadaEduardo del RíoConstantino Escalante y los contemporáneos Miguel Covarrubias y Ángel Boligan. En los países centroamericanos, entre los más notables en el siglo XX, destacan en El SalvadorToño Salazar y en NicaraguaRoger Sánchez con sus caricaturas de tema político y erótico.
Venezuela actualmente tiene como gran exponente a Hermann Mejía y como el más conocido Pedro León Zapata, para sólo mencionar dos.
En Argentina y Uruguay desde fines de siglo XIX se han venido destacando valiosos artistas de la caricatura: José María Cao LuacesAlberto BrecciaLandrúOskiCaloiHermenegildo Sábat,Andrés CascioliCristLucas y Carlos NineJorge SanzolDaniel PazRudyLangNapoFarukLangerMordillo y Quino entre muchos otros que se han destacado en la caricatura sociopolítica, mientras que CaléFlorencio Molina Campos y Lino Palacio se destacaron por sus entrañables ilustraciones caricaturescas de tipos y costumbres, siendo célebres por sus caricaturas los periódicos El Mosquito y Don Quijote (fines de siglo XIX) y las revistas Caras y Caretas (inicios de s XX), Tía Vicenta (años 1960s) y Humor Registrado (años 1980s).
El Museo del Dibujo y la Ilustración de Buenos Aires posee una completa colección de originales de estos autores y publicaciones, además de una amplia cantidad de grabados de los autores europeos y norteamericanos del siglo XIX, que expone habitualmente en sus muestras temáticas. las caricaturas se paresen a las gistorietas

Caricatura política

La caricatura política nace propiamente en Francia, tras las ilustraciones alusivas a temas controvertidos y de personajes como Napoleón III y Luis Felipe, que ponían en tela de juicio su credibilidad ante la opinión pública. Estas ilustraciones fueron impulsadas gracias a la difusión de la litografía que permitió la fundación de periódicos ilustrados en un mayor número. La caricatura política es desde entonces un sistema de lucha dirigido con virulencia contra personajes de la vida pública, con el ánimo de ridiculizarlos para resaltar sus errores. Además aporta una visión no formal a la opinión pública, permitiendo revivir el pasado gracias a la facultad del hombre de integrar elementos heterogéneos a la visión histórica.

La caricatura literaria

En el ámbito literario también es frecuente hablar de "caricatura" y, en tal sentido "caricaturas literarias" son en cierto aspecto las obras de CervantesAlonso Jerónimo de Salas Barbadillo o las del chileno contemporáneo Jenaro Prieto.

[editar]









Estilos o géneros (diccionario cuatrilingüe)

EspañolInglésFrancésPortugués
AmerimangaOriginal English-language mangaAmerimangaAmerimanga
Cargada burlesca----------Charge
CaricaturaCaricatureCaricatureCaricatura
CartumCartoonCartoonCartoon
Chiste gráfico o Gag visualGag cartoon o Visual gagBlague o Gag-----
DibujoDrawingDessinDesenho
HistorietaComicsBande dessinéeBanda desenhada
Historieta brasileraBrazilian comicsBande dessinée au BrésilHistória em quadrinhos no Brasil
Historieta españolaSpanish comicsBande dessinée espagnoleTebeo
Historieta franco-belgaFranco-Belgian comicsBande dessinée franco-belgeBanda desenhada franco-belga
Línea claraLigne claireLigne claireLigne claire
MangaMangaMangaMangá
Nouvelle mangaNouvelle mangaNouvelle mangaNouvelle manga
Novela gráficaGraphic novelRoman graphiqueRomance gráfico
Tira cómicaComic stripComic stripTira de banda desenhada
WebcómicWebcomicBande dessinée en ligneWebcomic
WebserialWeb fictionWebsérie-----

IMÁGENES DE CARICATURA AVANZADA
PRESIDENTE  OBAMA

WILL SMITH




MAPA CONCEPTUAL  SURGIMIENTO DE LA CARICATURA